Una
propuesta sobre la familia
por Ludovico Videla
Buenos Aires mayo 2019
El
objeto de este artículo es proponer un trabajo de estudio y registro
estadístico, tal vez un observatorio de la familia, que a semejanza de los que
sucede en la Unión Europea y en Estados Unidos haga un seguimiento cuidadoso y
completo de su evolución.
Hace
unos 40 años comencé a investigar sobre el tema familiar y su vinculación con
la economía. Fruto de esto, elaboré una investigación de tesis que fue
posteriormente publicada. [1]
Desde
aquel entonces hasta ahora la dinámica familiar se ha orientado hacia nuevos
problemas y restricciones que dificultan su tarea, fundamental para la sociedad
y la economía. Es cierto que hoy día hay una mayor conciencia del impacto de la
familia sobre la pobreza, el capital humano, el capital social, la demografía,
la educación, la violencia, el respeto de los derechos de la mujer y muchos
otros.
Si
bien las comparaciones terminan siendo muchas veces meras aproximaciones, es cierto que los temas
familiares están muy cercanos al cuadro cultural de base de los países
analizados. La base cultural en la Argentina es parecida a lade muchas naciones
europeas. Por ello,es interesante entonces, el conocimiento y la difusión de
los abordajes técnicos que hacen en Europa y los resultados obtenidos. En el
caso de la familia también influyen las peculiaridades locales. Esto sucede en
la Argentina en diferentes regiones y ciudades.Sin duda es más importante si la
comparación es con Europa, pero igual la información comparativa es
interesante.
Voy
a dar algunos ejemplos y trataré de identificar la razón de porque es tan
difícil lograr un cierto interés publico para la familia.
Antes
que nada, aclaro que cuando me refiero a la familia estoy pensando en la
natural, es decir hombre y mujer, padre, madre e hijos, con un compromiso de
vida permanente, reconocido por la autoridad civil o religiosa. Este es a mi
juicio, el único modelo válido de familia que puede criar y educar a la prole
razonablemente. Los resultados de otras experiencias no son favorables y
contribuyen a confundir a los jóvenes y a estimular formas de convivencia
desaconsejables. Este tema, ya lo traté en un artículo anterior sobre la
ideología de género, adonde remito al lector interesado.
Voy
a comenzar con la cuestión de la educación. Tomaré un artículo de Guillermina
Tiramonti que tiene el título:” ¿A alguien le importa la educación en nuestro
país?”. Tiramonti es investigadora de FLACSO y miembro del Club Político
Argentino. [2]
La
conclusión de Tiramonti es impecable: a casi nadie le interesa la educación. El
único actor que opera y se hace oír son los sindicatos, que han moldeado las
políticas – es decir los fondos públicos- en el sector educativo. “El resultado
está a la vista: mala calidad de los aprendizajes, una educación cada vez más
desigual que castiga a los más pobres, salarios docentes muy bajos y
corporaciones gremiales política y económicamente poderosas”.
Tiramonti
acusa a los empresarios de no haber “planteado sus necesidades educativas y
tampoco una propuesta que aporte una perspectiva respecto que hacer con la
educación publica”. No comparto esta afirmación;” Educación 2050”,varias obras
de la Fundación Libertad y Progreso y los aportes de FIEL son algunos ejemplos
de extensas propuestas de los empresarios, nunca escuchadas. [3]
Con
respecto a las iglesias para Tiramonti “sólo se pronuncian respecto de la
educación sexual o el aborto, fuera de este tema nada tienen que decir”. Es
curioso, pero yo concurro a la Iglesia Católica tanto en Buenos Aires como en
el interior cuando viajo y diría que en los últimos 60 años nunca escuche un
sermón sobre la sexualidad y sus límites morales. Incluso el Papa Francisco, en
una entrevista con el sociólogo Walton, afirma que condenar solo la moral “de la
cintura para abajo “es caer en la mediocridad. Sería interesante que Tiramonti
explique en qué iglesia sucede esto. [4]
Pero
lo más interesante es la explicación de Tiramonti sobre el interés, o la falta
de él por parte de las familias. Su aporte es el siguiente:“¿Y los padres? ¿No
tienen nada para decir? Las familias argentinas como toda la sociedad tienen
una preocupación solo marginal por el conocimiento, cuando pueden elegir
escuela, lo hacen en razón del grupo social al que atiende la institución. Todos
desean que sus hijos se socialicen según sus propios valores y modos de vida,
nadie esta atento a cuanto aprenden. Los padres que no eligen, los que envían a
sus chicos al circuito público porque no pueden pagar otro, no son los que
tienen los recursos para hacer escuchar su voz en el espacio público. Su
interés no tiene voz”. [5]
El
planteo de Tiramonti es discutible en varios planos. La versión iluminista de
la educación basada exclusivamente en el conocimiento es una visión obsoleta y
fracasada. El iluminismo se olvida que hay un pecado original y la mera
transmisión de conocimientos no asegura la formación de los jóvenes como
personas responsables. Educar es formar
hábitos virtuosos, esto es lo que hace diferente a las personas. Esto lo
reconocieron los clásicos incluso sin referencia al pecado, la razón natural lo
indica. Por supuesto entre los hábitos a inculcar en los jóvenes está el de
estudiar y conocer todas las perspectivas posibles, incluso la que ofrecen las
ciencias. Pero ciencia no es sinónimo de
neutralidad, especialmente en las ciencias humanas, como lo prueba la ideología
de género, incorporada en los programas oficiales de las escuelas.
Recuerdo
la respuesta de un notable científico argentino, al que le pregunté porque los
científicos argentinos que descollan en las ciencias duras, que conocen y
compiten con todo el mundo, para la política local son populistas y demagogos.
“La Gauche ce la mode“, me respondió.
La
socialización de los hijos de acuerdo con los valores y modos de vida de los padres
es un principio profundamente democrático, republicano y pluralista. Que los
judíos o los islámicos o los evangélicos o los católicos, enseñen a sus hijos
sus creencias, ayuda al conocimiento. De ninguna manera conspira contra él. De
hecho,habría que evaluar donde se obtienen peores resultados en conocimiento,
si en las escuelas privadas religiosas o en las públicas.
Una
reciente investigación de Walter Shumm profesor de la UniversidadEstatal de
Kansas, muestra que en la cuestión de los efectos en los niños que viven con
parejas del mismo sexo, la única conclusión posible y aceptada es que no hay
diferencias con los niños criados en familias de padre y madre. El demuestra
que esto no es así, ni siquiera en los papers escritos para propagandear esa conclusión,
que la evidencia estadística presentada bien leída demuestra lo contrario. Hay
diferencias substanciales y las víctimas de estos abusos son los niños. [6]
Decir
la verdad en estos temas es inaceptable para los ideólogos del género, ni
siquiera con la fuerza de la evidencia contundente. Educar entonces a los
jóvenes, basándose en una seudo ciencia o conocimiento, que no admite discutir
las conclusiones, es construir sobre barro no sobre roca.
La
versión criolla del iluminismo educativo está atragantada con la cuestión de la
igualdad. Quieren los mismos resultados para los niños, sin darse cuenta de que
la educación la hace mucho más fecunda la familia que la escuela. Compensar las
carencias familiares sería una buena política, en cambio la política pública
populista de igualar para abajo nos lleva a una decadencia permanente, y a
fracasos sin solución de continuidad.
Cuento
una anécdota familiar. Mi nieto Benjamín aprendió a leer y a escribir a los
cinco años sólo, antes de primer grado, mirando a su hermano, a sus padres y a
sus abuelos que aman los libros y la cultura. Logró antes de la escuela, lo que
es un objetivo no alcanzado por muchos niños escolarizados. La familia, el entorno, los medios, todo
puede ayudar a favorecer la educación o a hundirla. El mono objetivo de la
igualdad de resultados nunca se va a lograr, sólo se puede mejorar a condición
de acompañar los naturales intereses de los niños.
¿Por
qué no publicar los resultados de los exámenes escolares desagregados por
escuela? ¿Por qué no hacer un examen de ingreso a primer año? ¿Por qué no hacer
un examen al egresar del secundario y otro de ingreso a la universidad?
Todo
esto ya existió en la Argentina, yo participé, y soy testigo. Tenía ocho horas
de clase diarias más el sábado a la mañana y “vacaciones útiles”. Nadie de mi
generación murió por esta exigencia. Precisamente, Libertad y Progreso propone
el ejemplo del Liceo Jubilar de Montevideo. Institución privada, religiosa,
gratuita orientada a los más pobres. El horario de clase es extenso de 8.00 a
18.00 de lunes a viernes y de 9.00 a 13.00, los sábados. Tienen clases en
verano y un mes y medio de vacaciones. Los resultados son óptimos, solo el 2,5%
de los alumnos repitieron en el ciclo básico en 2014. Nosotros ni siquiera
cumplimos el calendario mínimo propuesto de medio turno de lunes a viernes, y
festejamos el carnaval y otras fiestas absurdas incluidas la de las huelgas
periódicas, verdadera apoteosis del populismo degradante.
Como
conclusión de esta parte diría que, ¡No señora Tiramonti!, a muchos nos importa
la educación, pero tenemos que aclarar de qué educación hablamos.
El
Institute for family studiesdel año
2019 presenta un mapa de la familia en el mundo, con información estadística de
numerosos países de cinco continentes. Para la Argentina voy a describir la
información presentada, comentando su comparación con América del Sud y
Central.
De
los menores de 14 años en nuestro país,el 70%, vive con dos padres y un 28 con
uno solo. Estos valores son de los más favorables de la región, que está muy
afectada por el embarazo adolescente y los hogares monoparentales, generalmente
con una mujer al frente, que sufre graves problemas de ingresos.
Por
otra parte, de los adultos en edad de reproducción -15 a 49 años- que
representan el 27% de la población total, el 28% cohabita de manera informal.
Los
nacimientos de mujeres solteras llegan al 13% del total lo cual es muy bajo
comparando también con la región. En este guarismo seguramente no se considera
soltera a la mujer en concubinato o formas de convivencia semejantes.
La
pobreza absoluta medida como un ingreso inferior a 1,25U$S por día, afecta sólo
un 1% de la población y la pobreza relativa es del 30% de la población. La
población de niños desnutridos es el 5% del total.
Los
niños que viven en hogares con padres que cuentan con educación secundaria,son
el 27% del total de la población. Los hogares con padres ocupados alcanzan el
82% y el 78% de los padres se sienten satisfechos con su vida familiar.
El
cuadro familiar argentino parece bastante aceptable comparada con la región, si
bien hay diferencias negativas con países avanzados. Sobre el cuadro general es
necesario hacer estudios específicos para perfeccionar el diseño de las
políticas. Por ejemplo, sería de gran interés como correlacionan los resultados
escolares y de salud con la estructura familiar, con el nivel educativo de los
padres, con la ocupación y satisfacción con la vida familiar. [7]
También
resulta de interés investigar la respuesta de la familia ante los últimos
cambios en la economía. Por ejemplo, un texto reciente informa que “las horas
que los progenitores franceses, británicos o norteamericanos dedican al cuidado
de sus hijos no ha parado de crecer desde 1980 y aunque esa mayor implicación
en la intención es positiva, los datos muestran que los estilos de crianza se
volvieron más intrusivos”.[8]
Al
autor del texto, le preocupa que la atención mayor de los padres otorga más
capital humano a sus hijos y los que no tienen padres “intrusivos” van a
competir con desventaja en la nueva economía del conocimiento. Este cliché
iluminista de la igualdad solo sirve para entretener a los especialistas ideologizados,
Ni siquiera en China o en la Unión Soviética se pudo resolver esta inquietud
utópica e ideológica.
Las
“mother tigers” han demostrado que, con disciplina, poca televisión y estímulos
adecuados los niños mejoran su rendimiento escolar hasta el nivel en que su
carga genética lo permite.
Por
último, quiero mencionar los resultados muy interesantes del gran tema de la
fertilidad. Como se sabe hay una reducción significativa de la fertilidad en
casi todo Occidente. Kolk, Cownden, y Enquist han descubierto una estrecha
correlación entre las generaciones en el tema fertilidad. Los hijos tienden a
construir familias y tener hijos semejantes a los que tuvieron en su propia
familia. Ello indicaría una reversión de la fertilidad. [9]
Con
estos breves ejemplos, he tratado de demostrar el gran interés que tiene el
estudio de la familia. La labor silenciosa y abnegada de la familia, es una de
las claves de la solución de muchos importantes problemas económicos y
sociales.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA SOBRE LA
FAMILIA y LA ECONOMIA
Strach,
Patricia, All in the family, Stanford
University Press, Stanford California, 2007.
Donati,
Pierpaolo, Perche la famiglia,
Cantagalli, Siena, 2008.
Wallerstein,
Judith, Lewis, Julia, Blake lee, Sandra, El
inesperado Legado del Divorcio, Buenos Aires, 2001.
Donati,
Pierpaolo, Famiglia risorsa della societa,
Il Mulino, Siena, 2012.
Zimmerman,
Carle, Family and Civilization, ISI
Books, Wilmington, Delaware, 2008.
Murray,
Charles, Coming Apart, Crown Forum,
New York, 2012.
George,
Robert, Elshtain, Jean Bethke, Themeaningofmarriage,
Spence P.C.,Dallas, 2006.
Roback,
Morse, Jennifer, Love and Economics, Spence P.C. Dallas, 2001.
[1]Videla,
Ludovico, Economía y Familia en la
Argentina, Buenos Aires, Educa, 2003.
[2]Tiramonti,
Guillermina, “¿A alguien le importa la educación en nuestro país?”, La Nación, abril de 2019.
[3]
Libertad y Progreso, Las reformas
necesarias para crecer en libertad, capítulo 9. Buenos Aires, 2019.
[4] http/www.lastampa.it/2017/08/31.
[5]Tiramonti, 2019, ibid.
[6]Shumm, Walter, Same sex parenting research, Wiberforce Publication, London,
2018.
[7]www. worldfamilymap-2019-051819final.pdf
[8]
Campanario, Sebastián, “Ser mapadres los estilos de crianza y la desigualdad”,
La Nación 28/05/2019
[9]Kolk, Martin, Cownden, Daniel,
Enquist, Magnus, “Correlations in fertility across generations :can low
fertility persist? “Proceeding of the Royal Society, Royal Society Publishing,
january 2014.
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