Educación sexual en la escuela
Por Lic. Myriam Mitrece de Ialorenzi
Breve
disquisición terminológica
En nuestro país, la ley 26.150 crea el
programa de Educación Sexual Integral y regula esta área en las escuelas.
Si bien para la legislación se adopta ese
nombre, algunas instituciones educativas, para su uso interno, optaron por otras
denominaciones: educación integral de la sexualidad, educación efectivo-sexual
o educación para el amor, entre otros. Estas diferencias no son solo semánticas,
sino que reflejan cosmovisiones y acentúan enfoques. Incluso las mismas
palabras pueden tener significado ambiguo. Por ejemplo, el término “integral”
puede significar que los datos biológicos se coronan en la sociedad y la
cultura (como en el caso de la “Educación Sexual integral”) o que esta educación
atañe y se dirige al hombre como totalidad y en su contexto (en “Educación Integral
de la Sexualidad”); “Educación para el Amor” pone el acento en la sexualidad
como potencia unitiva, “Educación afectivo-sexual” hace hincapié en la
educación de los sentimientos, la expresión de las emociones y el
fortalecimiento de los vínculos humanos.
A los fines de este artículo utilizaremos la
denominación “Educación Integral de la Sexualidad” para referirnos a una
educación con enfoque personalista, “Educación Sexual Integral” (ESI) a la que
se está avalando en la actualidad desde el Ministerio de Educación y “Educación
sexual en la escuela” simplemente para señalar esta área del conocimiento.
Necesidad
de la educación sexual. Función de los padres y de la escuela
La primera pregunta que deberíamos hacernos,
es sobre la licitud de este tipo de enseñanza en los establecimientos de
educación formal.
Sobre la importancia de la educación sexual en el ámbito de la
familia, no cabe ninguna duda. La sexualidad es un “elemento básico de la personalidad; un
modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir,
expresar y vivir el amor humano”[1].
El ser humano nace necesitado de un entorno que lo acoja, acompañe
y sostenga en su crecimiento, mientras se le brinda las herramientas para que
paulatinamente se vaya haciendo cargo de sí mismo.
“Por el
hecho de haber dado la vida a sus hijos, los padres tienen el derecho
originario, primario e inalienable de educarlos; por esta razón ellos deben ser
reconocidos como los primeros y principales educadores de sus hijos.”[2]
Inicia la vida como ser sexuado: varón o mujer. La influencia del
ambiente, la cultura y las experiencias personales irán dejando huellas en la
forma de reconocer, aceptar y desarrollar la masculinidad o la feminidad.
La sexualidad como las demás potencialidades humanas se desarrolla
en el tiempo y es susceptible de ser educada y humanizada. Los padres educan y transmiten su valor sin
proponérselo, con la convivencia y de modo asistemático.
Por otra parte, “La familia es la primera, pero no la única y exclusiva,
comunidad educadora; la misma dimensión comunitaria, civil y eclesial del
hombre exige y conduce a una acción más amplia y articulada, fruto de la colaboración
ordenada de las diversas fuerzas educativas. Estas son necesarias, aunque cada
una puede y debe intervenir con su competencia y con su contribución propias”[3]
La escuela, como agente educador subsidiario,
socializa los conocimientos y brinda un ámbito de referencia más amplio,
intermediario entre la familia y la sociedad.
Más allá de la obligatoriedad de la
enseñanza de la educación sexual, la escuela se encuentra impelida a hacerlo
por exigencias propias del quehacer educativo. Si tal como enunciamos anteriormente, nacemos sexuados y esta
condición nos acompaña toda la vida, una educación que pretenda ser
verdaderamente integral no puede dejar de lado que el alumno “neutro” no existe
sino como entidad conceptual. Los educandos concretos son varones y mujeres en
desarrollo, y como tales irán madurando y configurando su sexualidad
paralelamente con su escolaridad.
El trabajo que desempeñan las instituciones educativas formales,
en tanto es sistemático y dirigido a objetivos, no puede dejar la educación
sexual librada al azar o a la buena disposición de algunos docentes. Esta tiene
objetivos precisos y claros que deben ser considerados y entramados en un
proyecto pedagógico en concordancia con el ideario institucional y compartidos
con la comunidad educativa.
Frente a quienes sostienen que la escuela en lo
referente a la sexualidad solo debe instruir y brindar información de carácter
biológico, sostenemos que es intrínsecamente imposible. La educación nunca es axiológicamente neutra. Colabora
en el desarrollo de potencialidades humanas transmitiendo valores porque el ser
humano se mueve por ellos y se motiva a aprender aquello que descubre como
bueno.
Los niños y adolescentes siempre se han
preguntado sobre temas que involucran la sexualidad: el origen de la vida, el
amor, el placer, la atracción sexual, la procreación entre otros; pero hoy más
que nunca necesitan referentes adultos válidos, que no siempre encuentran en su
entorno familiar.
Lamentablemente, cada vez es más frecuente que se encuentren
en situación de descuido o desamparo, con familias destruidas, padres ausentes
o que no les prodigan el tiempo cualitativa o cuantitativamente necesario. La
tarea del docente es fundamental, especialmente en este momento histórico en el
que existe mucha información al alcance de todos, pero sin la formación
necesaria para procesarla, evaluarla y juzgar con rectitud la realidad que les toca vivir.
En tiempos de
confusión generalizada la escuela también puede, ayudar a los padres para que
puedan cumplir con su misión de la mejor forma posible.
Por lo
expuesto, en principio, podríamos decir que la educación sexual, es un área no
solo lícita, sino también deseable. Pero decimos, en principio, porque aquí
entran en juego dos cuestiones esenciales: las políticas educativas y la
formación de los docentes.
Un
poco de historia sobre la formación docente: cuestión clave
El 30 de octubre del 2002, el Congreso Nacional sancionó la ley
25.673 que creó el Programa
Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable, en el ámbito del Ministerio
de Salud. En su artículo 5º establece que el Ministerio de Salud en
coordinación con los Ministerios de Educación y de Desarrollo Social y Medio
Ambiente tendría a su cargo la capacitación de los educadores.
Este
antecedente hizo que poco antes del cuarto aniversario de la mencionada ley, se
promulgara la Nº 26.150, de Educación Sexual Integral, promovida por el
Ministerio de Educación, que crea el Programa
Nacional de Educación Sexual Integral, en el ámbito del Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología. Dicha ley enuncia que “todos
los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los
establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las
jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
municipal”. Con su artículo 2 se crea el programa ESI y en el 6º determina que, en consulta con el Consejo
Federal de Cultura y Educación, se definirían los lineamientos curriculares
básicos.
Acciones
que se realizaron tal como la ley lo establecía, en 2008
Si bien
se podía percibir el enfoque de género implícito en estos contenidos,
permanecían moderadamente invisibilizados detrás de términos amigables.
Recordando
los momentos de la redacción final de los lineamientos curriculares se narra que
“se prestó particular atención al
lenguaje utilizado en los textos. Desde la perspectiva de quienes tenían a
cargo estas decisiones de política pública, la flexibilidad en la terminología
utilizada posibilitó alcanzar consensos y avanzar en la definición de los
contenidos mínimos. Había un resquemor fuerte de los sectores más conservadores
que ya se había expresado en la cuestión de la llamada ideología de género.
Entonces, la palabra género no aparece demasiado en los lineamientos. Aparece
todo el tiempo la cuestión de la equidad entre varones y mujeres. También el
tema de la diversidad; pensemos que entonces (en 2008) no había leyes de
matrimonio igualitario ni de identidad de género. Los lineamientos son
anteriores a estas dos leyes.
Otro producto de la negociación es la
formulación de los métodos anticonceptivos, que en los lineamientos dice:
‘métodos anticonceptivos y de regulación de la fecundidad’. Hoy no pondríamos
de la regulación de la fecundidad… Esta estrategia coincide con lo observado
por la OMS en otros países del mundo que lograron implementar políticas de
educación integral de la sexualidad y/o de salud sexual y reproductiva
dirigidas a adolescentes (OMS, 2016). (…)Hay mucho de perspectiva de género,
aunque no esté la palabra: aparece en todas las asignaturas, en educación
física, en educación artística, está la cuestión de las distintas actividades y
los distintos lenguajes para todos y todas, y los estereotipos de género en el
nivel inicial.”[4]
Desde
el año 2009 la elaboración y distribución de materiales educativos fue intensa
y continua, en soporte papel, digital, audiovisual y por distintos medios y
canales emisores. Siempre reforzando y paulatinamente haciendo más visible la
perspectiva de género. En la misma línea, siguieron las capacitaciones en las
que (hasta 2015) ya se habían capacitado 118.250 docentes, estuvieron
involucradas 44.600 escuelas, y se invirtió gran parte del presupuesto
educativo en 17 provincias argentinas. El 77,8% de los directivos participó en
la capacitación masiva del programa ESI Nación y el 80% organizó jornadas
institucionales en sus establecimientos. La capacitación oficial se basó en la difusión de la
teoría o perspectiva de género, la cual, entiende a la sexualidad como una
construcción social, desvinculada de su naturaleza biológica. Se apuntó a la
desaparición de las categorías de varón y mujer ya la equiparación de toda
orientación sexual, enseñándolo a los niños desde muy pequeños y durante toda
la escolaridad. Este enfoque es contrario al sentido común, pero ingresó bajo
el ropaje de la empatía, la comprensión, la tolerancia y la mentalidad abierta,
apelando a la no discriminación y la inclusión. Términos como como equidad o igualdad de género y valoración de
la diversidad pasaron a ser parte del lenguaje pedagógico corriente.
Presentamos algunos pocos
ejemplos de los muchos textos que sirvieron a la capacitación docente en ESI.
La línea teórica se mantuvo durante todos estos años, trascendiendo a los
gobernantes y ministros de turno.
“Nos
proponemos aquí reflexionar acerca de la construcción de identidades genéricas,
presentando una articulación posible entre las nociones de "sexo" y
"genero" desde la teoría feminista y señalando alguna inquietud sobre
el papel que juega la escuela en la re-creación de estas identidades. (…) Son
las distintas instituciones sociales y la performance de cada uno de los
sujetos, las que recrean día a día, la "naturalidad" de la norma
heterosexual y en este sentido la posibilidad única de dos sexos como modo de
existencia generalizada.”[5]
“…en función de los modos de la
“normalización” sociocultural de la identidad sexual es que se impuso una
concepción de la heterosexualidad como única legítima, cuando en realidad debe
entenderse como una variante más dentro de las sexualidades diversas…”[6]
“Desde que nacemos, padres, maestros, amigos y
toda la cultura nos dice que si tenemos pene seremos y sentiremos como varones,
y si tenemos vulva, seremos y sentiremos como mujeres. También nos dicen que va
a llegar el día en que conoceremos a alguien del sexo opuesto de quien nos
vamos a enamorar, casar, tener hijos. A muy pocos nos explican que quizás nos
enamoremos de alguien del mismo sexo, o que quizás nos identifiquemos más con
el género opuesto…A esta creencia se la llama heterosexualidad obligatoria…
porque representa a la heterosexualidad como una norma que todas y todos
deberíamos cumplir”.[7]
“Es importante que los
siguientes conceptos estén presentes en las reflexiones finales (del taller):
…la heterosexualidad es solamente una de las formas posibles de vivir la
sexualidad, ni mejor, ni peor que otras…”[8]
“Los docentes tienen un rol
fundamental a contribuir a que la escuela sea ese espacio donde se den las
condiciones que van a permitir a los niños/as:…(a) no percibir la sexualidad
solo en formato de heterosexualidad” … “A su vez los docentes deben fomentar el
respeto basado en: …Tratar la diversidad para ser vivida, entendida y
construida desde los primeros años. Los niños/as deben conocer las distintas
realidades y opciones que varones y mujeres tienen a la hora de vivir la
afectividad, sexualidad, diversidad de géneros, para que en el futuro no
perciban las opciones diferentes a la heterosexualidad como algo extraño y
conflictivo, tanto si ellos/as se sienten gays, lesbianas, transexuales, como sí
lo son las personas que están a su alrededor”.[9]
Otro de los puntos promovidos por la ESI, fue la promoción de la
anticoncepción, incluyendo información para acceso a la ILE(interrupción legal
del embarazo), basado en el supuesto derecho de los adolescentes al goce de una
sexualidad plena y libre de coacciones.
Exponemos aquí algunos de los muchos ejemplos: “Una decisión que se toma con autonomía en
la adolescencia es la elección del método anticonceptivo. Los métodos
anticonceptivos recomendados para adolescentes y que se entregan gratis en
hospitales, centros de salud, obras sociales y prepagas son: preservativo,
pastillas anticonceptivas, pastillas anticonceptivas de lactancia, inyectables,
DIU y anticoncepción hormonal de emergencia (AHE).”[10]
“En las primeras relaciones sexuales
es común tener accidentes, como olvidarse de tomar las pastillas
anticonceptivas o que se rompa el preservativo. Esto pasa porque estamos
aprendiendo … ¡y se aprende con la práctica! En estas situaciones y también en
caso de una violación, si se actúa con rapidez es posible evitar el embarazo
con la anticoncepción hormonal de emergencia, también llamada en algunos
lugares ´pastilla del día después´”[11].
“Si decidimos interrumpir el embarazo,
los médicos y agentes de salud tienen la obligación de escucharnos, orientarnos
en forma confidencial, respetuosa, sin discriminación y sin pedirnos que
vayamos acompañadas/os por un adulto. (…) La decisión es nuestra, es nuestro
derecho decidir.”[12]
Entre los materiales y recursos educativos del Plan Nacional de
prevención del embarazo no intencional en la adolescencia (ENIA), se establece
el acceso al ILE (interrupción legal del embarazo) como un derecho de las
adolescentes[13].
Algunas instituciones educativas percibieron este sesgo en la comprensión
de la sexualidad y se resistieron a utilizar ese material o capacitar a sus
docentes en dichos cursos.
Según el informe “La Educación
Sexual Integral. Balances y desafíos de la implementación de la ley. 2008-2015” del Ministerio de Educación, algunas
resistencias encontradas en la implementación fueron de tipo moral. Dice
textualmente el informe “la resistencia
refleja la objeción frente a los contenidos y enfoques que se proponen como
parte de la ESI. En general, este tipo de resistencias surge entre docentes y
directivos afines a perspectivas (que) considera(n) que una educación sexual
“positiva” se limita a aquella que entiende a la sexualidad como un modo de
expresar y vivir el amor. Según este criterio, la educación sexual debería
promover la castidad prematrimonial, la fidelidad y la expresión del amor
dentro del matrimonio. Este enfoque parte de una visión esencialista de la
biología, que atribuye funciones específicas a los hombres y a las mujeres y
entiende que el matrimonio debería ser constituido por una pareja heterosexual”.
Y aclara “También encontramos, con mayor
o menor fuerza, representaciones sobre la sexualidad propias del catolicismo,
extendidas en la sociedad en general. Estas representaciones también
fundamentan resistencias en docentes no practicantes”.
Otra de las resistencias tuvo que ver con “la posible crítica de los padres y madres
en caso de que la escuela ofrezca perspectivas que las familias no comparten, o
interceda en una presunta responsabilidad familiar”[14].
Más adelante, el texto dice que los talleres
que suscitaron más interés pero que al mismo tiempo generaron más resistencias,
fueron diversidad sexual, género y derechos. Mientras que cuidado del cuerpo y
afectividad fueron menos resistidos y más incorporados en los proyectos
educativos. En otro párrafo sostiene que “la
perspectiva de la ESI entra en contradicción con la cultura y valores del
alumnado y de sus padres y madres”[15].
En realidad,
la implementación fue despareja. Hubo instituciones educativas que se hicieron
cargo de la situación y diseñaron buenos proyectos a pesar de las
circunstancias, otras que temerosamente buscaron la indefinición como forma de
evasión al conflicto, otras que no lograron realizar ninguna propuesta
sistemática. De todas formas, el
Programa ESI difundió socialmente una visión de la sexualidad empobrecida y de raíz
socioculturalista.
Educación
sexual en la escuela superadora de reduccionismos. ¿Es posible?
La
educación sexual en la escuela, para ser verdaderamente integral tendría que
respetar al menos tres premisas:
1-
Basarse en una perspectiva personalista, sin sesgos ideológicos que considere
los aspectos biológicos, psicológicos, sociales y espirituales del alumno, en
su contexto y como ser en desarrollo.
2-
Respetar el derecho de los padres a decidir sobre la educación que quieren dar
a sus hijos.
3-
Formar docentes y aptos capaces de formar e informar a los niños y
adolescentes, de forma completa, científica y actualizada, ayudándose de la
psicología, la pedagogía y la didáctica.
Es
deseable que a partir de este enfoque integral los alumnos encuentren respuesta
a sus inquietudes y aprendan a conocer, reconocer, aceptar el propio cuerpo y
autogobernarse, de modo tal que se encuentren en mejores condiciones para integrar armónicamente
su personalidad y los factores que la condicionan: cuerpo sexuado,
temperamento, cultura, historia familiar, experiencias vividas, formación
recibida, influencias de amigos, familiares y otras personas de la sociedad.
Considerando
las características del mundo posmoderno, de las políticas globales, del sesgo
ideológico con que se ha capacitado a los docentes, y el avance de leyes contrarias
al orden natural, debemos reconocer que tal emprendimiento, es difícil, pero no
imposible.
Cada
docente y cada escuela deberían ir encontrando los propios caminos para
llevarlo adelante. Aunque pueda
resultar obvio, la primera tarea antes de encaminarse a la
acción es la reflexión. La institución educativa tendrá que conocer su
comunidad: sus fortalezas, debilidades, características, problemas, necesidades
y prioridades, yrequerirá de un conjunto de decisiones articuladas, compartidas por los directivos de la
institución, el equipo docente y los padres.
Haciendo
una apretada síntesis, concluimos diciendo que la educación sexual en la escuela, para que sea verdaderamente integral, ha
de considerar que el alumno, sea niño o adolescente:
- Es persona, es decir que tiene inteligencia para conocer la verdad y voluntad para dirigirse al bien.
- Es sexuado y por lo tanto su cuerpo es personal, merece respeto y nunca puede ser instrumentalizado.
- Se desarrolla de acuerdo con determinadas líneas previsibles, de forma continua, progresiva que van de lo simple a lo complejo y de esa forma ha de ser educado.
- Siempre es contextuado. Se ubica en un tiempo y lugar con los que interactúa en todo momento.
- Es perfectible. Siempre tiene posibilidades de aspirar a ser, cada día, un poco mejor, en algún aspecto.
- La cultura influye sobre el desarrollo de su sexualidad, lo que no quiere decir que la cultura lo construya ni lo determine.
Del mismo modo, ha de reconocer que en todo desarrollo humano existen posibilidades de seguir líneas no esperadas. Es necesario también acompañar y orientar todas las situaciones en las que esos desarrollos se dan de una forma distinta. Porque todas las personas valen y deben ser respetadas en su dignidad.
[1]Sagrada
Congregación para la Educación Católica. Orientaciones
educativas sobre el amor humano. Pautas de educación sexual. (1983) Capturado
el 19 de enero de 2019 en: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccatheduc/documents/rc_con_ccatheduc_doc_19831101_sexual-education_sp.html
[2]
Pontificio Consejo para la Familia. Carta
de los Derechos de la Familia. (1983) Capturado el 2 de febrero de 2019 en:
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/family/documents/rc_pc_family_doc_19831022_family-rights_sp.html
[3]Juan Pablo II. Familiaris Consortio, 40. (1981) Capturado el 2
de febrero de 2019 en: http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_19811122_familiaris-consortio.html
[4]
Ministerio de Educación. Presidencia de la Nación- UNPFA. El
derecho a la Educación Sexual en la Argentina. Aprendizajes de una experiencia exitosa.
Capturado el 2 de febrero de 2019 en:https://argentina.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/ESIenArgentina.pdf
[5]Morroni,
L. Generando géneros en: El Monitor de la educación. Revista del Ministerio de
Educación, Ciencia y tecnología. Nº11. (2007) pags. 38-40. Capturado el 2 de
febrero de 2019 en:.http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/monitor/monitor/monitor_2007_n11.pdf
[6]Inadi-Ministerio de Educación. Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos. Guía didáctica para
docentes. Somos iguales y diferentes.(2011) Capturado el 2 de febrero de
2019 en: http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL005365.pdf
[7]Ministerio
de Salud. Derechos sexuales y reproductivos. Hacemos campaña por nuestros derechos.(2012). Capturado el 2 de
febrero de 2019 en: http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000673cnt-derechos_sexuales_y_reproductivos.pdf
[8]Ministerio de Salud. Experiencias
para armar. Manual para talleres en salud sexual y reproductiva. Materiales
didácticos.(2014). Capturado el 3 de febrero de 2019 en: http://www.msal.gob.ar/images/stories/ryc/graficos/0000000598cnt-experiencias-para-armar-baja.pdf
[9]Ministerio de Educación CABA. Guía de orientación educativa. Diversidad de
género.Capturado el 3 de febrero de 2019 en:
[10]Ministerio de Salud. Presidencia de la Nación. Conocernos, divertirnos, cuidarnos. 2011.
Capturado el 3 de febrero de 2019 en: http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000675cnt-conocernos_divertinos_cuidarnos.pdf
[11]
Op.Cit.
[12]
Op. Cit
[13]
Ministerio de Salud. Presidencia de la Nación. Recursos y campañas. Plan ENIA.Capturado el 3 de febrero de 2019
en: http://www.msal.gob.ar/index.php/component/ryc_contenidos/?filter_problematica=83&filter_soporte=0&palabra_clave=&option=com_ryc_contenidos
[14]Ministerio
de Educación. Presidencia de la Nación. La
Educación Sexual Integral. Balances y desafíos de la implementación de la ley.
2008-2015. Capturado el 3 de febrero de 2019 en: http://www.ossyr.org.ar/pdf/bibliografia/547.pdf
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