sábado, 28 de julio de 2018

Manifiesto científico referente al inicio de la vida - Médicos por la vida Argentina - Dr. Fernando Secin


Manifiesto científico referente al inicio de la vida


Médicos por la vida Argentina - Dr. Fernando Secin

Argentina, 25 de marzo 2018

Los profesionales de la salud nos congregamos con el objeto de dar una respuesta científica, libre de toda ideología política, credo o religión, a preguntas que se está debatiendo actualmente en la sociedad y que ha dado lugar a múltiples confusiones: ¿En qué momento comienza la vida? ¿Qué características tiene ese nuevo ser?

Comprendemos que la gestación de un nuevo ser vivo y el embarazo de la mujer convertida en madre involucra mecanismos biológicos complejos que han requerido mucho estudio por parte de la Medicina. Es por ello que, por medio de este breve comunicado, se busca explicar algunos conceptos de rigor científico que, si no son bien entendidos y expresados, pueden llevar a interpretaciones erróneas. No discutiremos enfoques filosóficos, jurídicos o religiosos, simplemente nos limitaremos a explicaciones de índole biológica.

1) ¿En qué momento comienza la vida humana?

La ciencia ha demostrado que la vida comienza en el momento de la fecundación (también llamada "concepción"). Esto es universalmente aceptado y no existe discusión científica al respecto.

“La fecundación, ocurre 24 a 48 horas después de ocurrida la ovulación. Se llama ovulación a la salida del óvulo desde el ovario para eventualmente recibir al espermatozoide que lo va a fecundar. [i]

Todos los textos de medicina coinciden que: "El desarrollo de un individuo comienza con la fecundación, fenómeno por el cual el espermatozoide del varón y el óvulo de la mujer se unen para dar origen a un nuevo ser humano. La fecundación da lugar a lo que a partir de ese momento se llamará embrión, el cual inicia un proceso continuo de vida hasta la muerte."

El embrión es inicialmente autosuficiente hasta implantarse en el útero recién a los 7 días de vida. Hasta este momento, ya ha reproducido sus células más de 200 veces. Muchas de esas células son destinadas a formar la placenta, mientras que las restantes células seguirán el desarrollo del propio embrión. Es la placenta la que produce las hormonas que dan lugar a los cambios que ocurren en la mujer, con el fin de continuar con la protección de esta nueva vida que ya viene en curso. Recién en ese momento, cuando el embrión ya lleva más de 10 días de vida, el aumento de esas hormonas permiten ser detectadas por la mayoría de las pruebas de embarazo.

Es importante no confundir la diferencia entre la gestación y el embarazo. Biológicamente, gestación se refiere al desarrollo de una nueva vida, mientras que embarazo hace referencia a los cambios ocurridos en la mujer que alberga ese nuevo ser humano. Claramente, la vida humana comienza antes de lo que se denomina embarazo.

Ya en la tercera semana de gestación se configura el esqueleto del embrión, integrado por el cráneo, la columna vertebral, y las costillas. [ii] 
Inmediatamente después se forma el cerebro y la médula espinal. En la semana 5, comienzan a formarse los pies y las manos. En esa semana también se va formando el corazón, y en pocos días podrán detectarse sus latidos.[iii]

A partir de la octava semana, la cabeza va tomando un mayor tamaño y la proporción corporal va en dirección a la definitiva. A partir de la novena semana se lo denomina Feto. Entre la semana 12 y 14, el feto se encuentra formado, sus órganos están funcionando casi en forma similar a los de los adultos, mide aproximadamente 12 centímetros, ya pueden constatarse los primeros gestos en su rostro y próximamente percibirán la sensación de dolor. La maduración de todos los órganos, para su funcionamiento pleno, se logra pasados los 20 años de vida.

Por lo tanto, establecer una semana en la cual el aborto es o deja de ser factible carece de fundamento científico. La interrupción de la continuidad de la vida es biológicamente la misma en cualquiera de sus etapas, sea dentro de la primera semana de gestación, en la semana 4, en las semanas 12, 14 o en cualquier otro momento, ya que la vida tiene una continuidad desde su origen.

Primer concepto a remarcar: Para la ciencia, el embrión tiene vida propia desde el mismo momento de la fecundación y esta vida tiene continuidad hasta la muerte.

2) ¿Qué características tiene ese nuevo ser?

El código genético contiene la información de cómo será el nuevo individuo: alto, bajo, rubio, morocho, con más o menos pelo entre tantas otras características; y además como se producirán cada uno de los procesos biológicos que comandan el funcionamiento del organismo.

La ciencia ha demostrado que ese nuevo ser humano, es genéticamente diferente a sus progenitores. La información genética necesaria para su desarrollo y para todos los procesos biológicos de su vida es adquirida durante el proceso de la fecundación.

En resumen, la fecundación da paso a una nueva vida, que tendrá información genética única e irrepetible. Este nuevo ser es genéticamente distinto a quienes lo engendraron, y su desarrollo tendrá continuidad a lo largo de toda su vida. No existen hijos exactamente iguales a sus padres, serán parecidos, pero jamás iguales. Esto lo hace un ser individual, con vida totalmente propia.

Todos los seres vivos pasamos por distintas etapas de maduración: primero se nos denomina embrión. A partir de la novena semana se nos llama feto. Luego del parto nos llamaremos neonato o recién nacido, luego nos llamarán bebé, niño, adulto y finalmente anciano. Sin embargo, es importante comprender que la continuidad de la vida es independiente de los nombres con los que arbitrariamente la ciencia va clasificando a las distintas etapas madurativas. La vida es la misma.

Es fundamental entender, que el embrión primero o el feto después, no es un órgano más de la mujer que lo alberga en su útero. Una mujer que aborta no está decidiendo solamente sobre su propio cuerpo, sino que también está decidiendo sobre la vida de otro ser humano, que si bien se desarrolla transitoriamente dentro de su cuerpo, es genéticamente distinto a ella y tiene vida propia. Se trata de un ser humano que no le pertenece, y que solo está puesto transitoriamente a su cuidado por la naturaleza.

Segundo concepto a remarcar: El nuevo ser humano tiene información genética única e irrepetible, distinta a la de sus progenitores, lo cual le da carácter de individualidad. Por lo tanto, el aborto no es una decisión de la mujer exclusivamente sobre su propio cuerpo, sino además es una acción concreta sobre la vida de un ser humano diferente.

Para la biología, la vida humana tiene una continuidad desde su inicio, de manera que cuando se piensa en abortar en cualquier momento de la gestación del nuevo ser, se estará intentando eliminar una vida humana diferente.

Los médicos que suscribimos a este enunciado científico, hacemos eco de la declaración realizada por La Academia Nacional de Medicina el 28 de Julio de 1994, ratificada el 30 de septiembre de 2010 y que sigue absolutamente vigente hasta la fecha. La declaración es bastante más larga, pero rescatamos algunos conceptos de mayor importancia:

La vida humana comienza con la fecundación, esto es un hecho científico con demostración experimental; no se trata de un argumento metafísico o de una hipótesis teológica. En el momento de la fecundación, la unión del pronúcleo femenino y masculino dan lugar a un nuevo ser con su individualidad cromosómica y con la carga genética de sus progenitores. Si no se interrumpe su evolución, llegará al nacimiento.

Como consecuencia, terminar deliberadamente con una vida humana incipiente es inaceptable. Representa un acto en contra de la vida, pues la única misión de cualquier médico es proteger y promover la vida humana, nunca destruirla.


Esta convicción está guardada en la cultura mundial y muy notablemente en el Juramento Hipocrático.

Siendo el derecho a la vida el primero de los derechos personalísimos, toda legislación que autorice el aborto es una negación de estos derechos y por lo tanto de la medicina misma.

Con los adelantos tecnológicos actuales en Reproducción Humana para combatir la mortalidad perinatal, salvando fetos y recién nacidos enfermos, resulta un absurdo la destrucción de un embrión o feto.

Se utiliza como argumento para promover aborto, el crecimiento desmedido de la población mundial, que impediría el desarrollo económico de los pueblos. Al respecto, cabe señalar que los cálculos realizados no se han cumplido, y que el desarrollo económico debe dirigirse a buscar nuevos canales de producción.

También se utiliza para promover el aborto legalizado, la mayor morbimortalidad materna del aborto clandestino. Se debe puntualizar que, si bien la morbimortalidad materna es mayor en estos últimos, no es exclusivo de ellos, pues el daño también es inherente al procedimiento mismo por la interrupción intempestiva y artificial del embarazo.

Hay experiencia mundial en que la legislación del aborto no termina con el clandestino, pues es un procedimiento que se prefiere ocultar. La disminución de muertes maternas esperada con la legalización se acompañará de mayor número de abortos, es decir mayor número de muertes fetales. Hay experiencia mundial que a la legalización del aborto sigue la legalización de la eutanasia en recién nacidos.

La salud pública argentina necesita de propuestas que cuiden y protejan a la madre y a su hijo, a la vida de la mujer y a la del niño por nacer. La obligación médica es salvar a los dos, nada bueno puede derivarse para la sociedad cuando se elige a la muerte como solución.

Si el aborto clandestino es un problema sanitario corresponde a las autoridades tomar las mejores medidas preventivas y curativas sin vulnerar el derecho humano fundamental a la vida y al de los profesionales médicos a respetar sus convicciones.

Por ello, la Academia Nacional de Medicina hace un llamado a todos los médicos del país a mantener la fidelidad a la que un día se comprometieron bajo juramento.

La declaración del 2010 concluye manifestando “Que el derecho a la "objeción de conciencia" implica no ser obligado a realizar acciones que contrarían convicciones éticas o religiosas del individuo, como expresa los Art.14, 19 y concordantes de la Constitución Nacional.”


Ya la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en su Resolución 46, de 1987 expresaba que: "la objeción de conciencia (...) debe ser considerada como un ejercicio legítimo del derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos".

En otras palabras, el médico no puede ser obligado a realizar un aborto si sus convicciones morales, éticas, religiosas o de juramento hipocrático no se lo permiten.

Esto último está en línea con lo expresado por distinto colegios médicos del País, como por ejemplo, lo establecido por el Código de Ética de la Asociación Médica Argentina, que establece en el artículo 48 que “el Equipo de Salud debe disponer de libertad en el ejercicio profesional y de las condiciones técnicas que le permitan actuar con independencia y garantía de calidad. Ninguna circunstancia que no se base en un estricto criterio científico podrá poner limitaciones al ejercicio de la libertad profesional”.

Asimismo, el colegio médico de Salta en año 2012 ha hecho un manifiesto público en el que expresa entre otras cosas que:

“No existe instrumento alguno que pueda impedir el ejercicio de objeción de conciencia por parte de los profesionales de la salud. Dicho derecho tiene respaldo constitucional, al derivar de la libertad de culto prevista en el artículo 14 de la constitución nacional, de la libertad de conciencia consagrada por el artículo 12 de la Convención Americana de Derechos Humanos en el pacto de San José de Costa Rica.”
Más recientemente, la asociación de Obstetricia y Ginecología de la Provincia de San Juan publicó una solicitada en representación de los médicos ginecólogos, obstetras y residentes de la especialidad de esa provincia manifestando que:
1- Ningún proyecto de ley que se pretenda sancionar de manera justa puede desconocer la realidad biológica y científica de la existencia de vida humana en su etapa gestacional.

2- Nos manifestamos en contra que se nos obligue a terminar con la vida de un ser que el derecho vigente considera un ser distinto genética y biológicamente desde el momento mismo de su concepción.

3- El verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados, los más débiles, en este caso a las personas por nacer.

4- Exigimos que se respete y se garantice la objeción de conciencia en forma categórica, lo que implica no ser obligado a realizar acciones que van en contra de convicciones éticas o religiosas del individuo, advirtiendo también de evitar utilizar a los especialistas en formación con tal fin.[iv]
Parafraseando al Dr. Siro de Martini, abogado académico y especialista en ética biomédica, la objeción primera debiera ser "de ciencia" y después de conciencia, porque el aborto no es un "acto médico", sino una perversión de la Medicina y del arte de curar.

Mucho de estos conceptos están resumidos en el juramento hipocrático que todos los médicos juramos al momento de nuestra graduación y expresa lo siguiente:

  • En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad.
  • Conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento del que son acreedores.
  • Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones.
  • Respetaré el secreto de quien haya confiado en mí.
  • Mantendré, en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Mis colegas serán mis hermanos.
  • No permitiré que entre mi deber y mi enfermo vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, partido o clase.
  • Tendré absoluto respeto por la vida humana desde la concepción.
  • Aun bajo amenazas, no admitiré utilizar mis conocimientos médicos contra las leyes de la humanidad.
  • Hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor.
Señoras y Señores, familias Argentinas: Para finalizar, hacemos público nuestro manifiesto de índole netamente científico en 5 puntos:
1- Hay vida humana desde el momento de la fecundación.
2- Ese embrión recién formado constituye un ser humano independiente

3- Cualquier maniobra que dañe o destruya dicho embrión estará quitando la vida de este nuevo ser humano, independientemente de la semana de gestación en la cual se la realice.

4- Dañar de cualquier forma a un ser humano vivo con la intención de terminar su vida, no constituye un acto médico.

5- Ni el estado, ni nadie, puede obligar a ningún agente de la salud a realizar prácticas que están en contra de sus convicciones éticas, respetando la internacionalmente reconocida objeción de conciencia.
Por eso los médicos y las medicas aquí presentes, y aquellos o aquellas que por diversos motivos no pudieron estar aquí con nosotros, alineados con el llamado realizado por la Academia Nacional de Medicina a todos los médicos del país a mantener la fidelidad a la que un día nos comprometimos bajo juramento, decimos: si a la vida, no al aborto.





[i]Nowitz et al. Implantation and the Survival of Early Pregnancy. N Engl J Med, 2001; 345: 1400-1408. 
[ii] Enrique Pedernera Astegiano, Carmen Méndez. Embriología en la clínica. Ed. Médica Panamericana. P. 249. Disponible en línea en: https://books.google.com.ar/books?id=C8QbIVaZiFcC&pg=PA249&dq=estr%C3%ADa+primitiva&hl=es- 419&sa=X&ved=0ahUKEwjT4NPEtdDZAhXuYN8KHaOWB80Q6AEIPjAE#v=onepage&q=estr%C3%ADa%20primitiva&f=false
[iii] Nigel Palastanga, Derek Field, Roger Soames. Anatomía y movimiento humano. estructura y funcionamiento. P. 32. Disponible en línea en https://books.google.com.ar/books?id=a5iSQyjVBPkC&pg=PA32&dq=estr%C3%ADa+primitiva&hl=es- 419&sa=X&ved=0ahUKEwjT4NPEtdDZAhXuYN8KHaOWB80Q6AEIMTAC#v=onepage&q=estr%C3%ADa%20primitiva&f=false-

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