LA
POBREZA DE LOS ARGENTINOS
¿Tiene
solución?
Ing.
Jorge Aceiro - 1 Agosto de 2017
Las muy
interesantes exposiciones escuchadas en este seminario, especialmente la
última, me llevaron a concretar el título y como tratar esta exposición. Está
claro que hablamos del aumento de la pobreza en nuestro país, pues en el mundo
la pobreza bajó, incluso en nuestros vecinos, que crecieron económicamente,
pero con herramientas que, entre nosotros, serían políticamente incorrectas:
mercado libre, capitalismo, economía abierta al mundo. Nosotros no lo logramos,
¿por qué?…… Porque buscamos soluciones milagrosas……y no hay soluciones
milagrosas, solo una invitación al esfuerzo “con la mente puesta en el hombre y su desarrollo en libertad”. (JP
II)
Estoy
convencido que, por el camino del asistencialismo y la distribución, la pobreza
irá en aumento, claro que el ser es más
que el tener, pero hay un mínimo del tener sin el cual no se es y ese
mínimo requiere buena educación, vivienda digna, salud,……y esto solo se logra
con crecimiento económico. Las reuniones anteriores mostraron la riqueza del
debate, por lo que solo propongo 4 reflexiones en borrador, algunas
desarrolladas y otras solo esbozadas, desordenadas, esperando se ordenen algo
luego del debate, sobre como pudimos llegar a eso y si es posible salir. Para
este análisis en borrador un telón de fondo y 4 reflexiones,
TELÓN DE FONDO: 1er. Cap. De un libro de Ortega
y Gasset, que nunca terminó: Ideas y
Creencias……… (Dificultad en cambiar las creencias)
Las
ideas se tienen; en las creencias se está…..Pensar en las cosas y contar con
ellas….No importan las ideas que tenemos sino las ideas que somos….. Con las
creencias vivimos, nos movemos y somos………. Las ideas se alimentan de su
cuestionabilidad, no es difícil cambiarlas…. Las creencias están, no tenemos ni
necesidad de recordarlas, contamos con ellas por eso es muy difícil cambiarlas.
1ª REFLEXIÓN
No hay
duda de que estamos enfrentando otra crisis, perdimos confianza en nosotros
mismos. El doctor Palacios Hardy al final de su exposición (con fuerza y
emoción contenida) me exime de explayarme sobre su gravedad. No vemos el
futuro. La crisis crea tal confusión en los espíritus y en los corazones que
llegamos a preguntarnos sobre las posibilidades de futuro que tiene nuestra
sociedad y a dudar, incluso de nuestra capacidad de superarlas. Ninguna
organización de la sociedad escapa a un cuestionamiento radical. Los
desacuerdos han tomado tal proporción que minan la fuerza moral necesaria para
luchar contra el sentimiento de inseguridad que engendra el estallido de las
estructuras establecidas, que no respetan los
valores fundamentales de la vida social: la verdad—la libertad—la justicia.
Se mutiló la esperanza.
El
desafío es volver a ver el futuro. Recuperar la esperanza. Claro, estamos
acostumbrados a entrar y salir de crisis. Vivimos en crisis recurrentes, y,
cada una, fue una oportunidad. La crisis, puede ser indeseable pero en sí, no
es buena ni mala. El resultado será bueno o malo, porque obliga a recalificar
valores, y será bueno o malo en función de esos valores. No es un instante. No
se recalifican valores en un instante. No es volver al pasado. El pasado
provocó la crisis. No debe ser endémica, porque entonces sería decadencia.
¿Cómo se
pasa de la crisis a una sociedad normal? Cambiando valores…., Nosotros hemos
salido aparentemente de muchas crisis, pero con diversos recursos
principalmente financieros y no sostenibles pero, al no cambiar valores y
agotarse el recurso usado, volvemos reiteradamente a caer.
Como
consecuencia de eso, desde hace mucho tiempo hay en nuestro país una
incoherencia profunda entre lo que decimos que queremos (ideas) y lo que
hacemos para lograrlo.(creencias-acciones). Y lo que hacemos es porque las
leyes y reglamentaciones apuntan a eso.
-Queremos bajar la desocupación. Y tenemos los más altos
impuestos al trabajo.
-Queremos y necesitamos exportar
más. Pero
seguimos teniendo impuestos que gravan la producción, no los paga el que
importa y no los devolvemos al exportar, incluso hay retenciones.
-Queremos inversiones. Pero las gravamos
inadecuadamente y antes de que produzcan y generamos desconfianza, aplaudimos
el default.
-Queremos nuevas empresas
especialmente PYMES.
Pero mantenemos un cúmulo de regulaciones que las inhiben.
-Queremos mejorar la recaudación. Pero sin simplificar nuestro
complicado sistema impositivo.
-Somos un país Federal. Pero los ingresos de las
provincias dependen del Gobierno Central.
Tomamos un camino que no conduce donde decimos querer ir y nos asombramos de no llegar.
Los
valores actuales (no sé si llamarlos valores o creencias) son anti desarrollo y
no solo los económicos, pero, también los económicos, porque las cosas que
queremos solo se logran con desarrollo económico.
Muy
resumido y sin ponerlos todos: ¿cuáles son esos valores? (hay un error que cometo deliberadamente en confundir valores con
creencias) sabiendo que hay creencias que hay que tener mucho coraje para
llamarlos valores.
-Exagerada
búsqueda de seguridad por inadecuado conocimiento de la relación seguridad-libertad-presencia
del Estado.
-Inadecuado
uso del término solidaridad, se confunde con asistencialismo y no se mira como
una interrelación. -Solidaridad -subsidiariedad- papel del Estado- desarrollo
del individuo.
-Pensar
que el estándar de vida, el salario puede subirse por decreto.
-Políticos que no entienden las limitaciones
que impone nuestro propio programa y además vivir en un mundo cambiante, donde
otros toman decisiones que, queramos o no, nos afectan. Que se especializan en
legalizar derechos, sin mencionar ni actuar sobre las obligaciones que cada
derecho supone.
-Estado
omnipotente.
-Prioridad
de partidos y personales sobre el bien común
-Aceptar
resignados o por conveniencia, los tiempos y calidad de la justicia.
Podría
seguir, la lista es muy larga pero, dentro de ellos, hay uno que no quiero
olvidar:
--Todo lo que se haga, debe hacerse sin costo social y, solo
razonando, debiéramos darnos cuenta que eso no existe.
En la
práctica llamamos costo social al
esfuerzo, al sacrificio que es necesario hacer para obtener un logro.
En
cualquier sistema, los dos pilares básicos del desarrollo son el ahorro y la
eficiencia. El primero: consumir menos de lo producido, a fin de invertir para
un mayor y mejor desarrollo futuro, contra la tendencia de consumir igual o
más, endeudando generaciones futuras. El segundo: la eficiencia, que requiere
movilidad ocupacional y geográfica. (T. del Fuego) (Todos los otros costos son
derivados de estos dos)
Alguien
puede decir que, el desarrollo económico no es un fin en sí mismo y que no
necesariamente lleva a la felicidad. Y tiene razón. Es más, en el sentido
popular de la palabra felicidad, tal vez no esté ligado al desarrollo. Lo que
el desarrollo económico da, son más posibilidades, mayor capacidad de elección,
es decir está ligado a la libertad. Los que no la valorizan tanto piensan
entonces en un cambio muy lento al que llaman sin costo social. Yo diría con
menor costo social presente, pero alimentando un costo social futuro mucho
mayor, como el que estamos pagando hoy al ver que los otros crecieron, y sin
esperanzas de alcanzar a los que un día estuvieron debajo. Por eso corresponde
al sistema político y a la sociedad civil determinar que estamos dispuestos a
renunciar hoy, para un bienestar futuro y debe explicitarlo con sus
consecuencias, ciertamente es un tema cultural depende de la cultura de cada
pueblo.
Cultura e identidad son elementos que influyen fuertemente en la competitividad,
especialmente en países que pretenden altos niveles de ingreso. Y la identidad
está lejos de ser solo un recuerdo nostálgico del ayer. Va cambiando, es
también del futuro más que del pasado, tiene que ver con el proyecto, con lo
que queremos ser y lo que estamos dispuestos a esforzarnos para lograrlo.
--Gobernar entonces, es lograr el adecuado equilibrio entre costo presente y
futuro es un compromiso, y, el compromiso, hay que entenderlo (explicarlo)
porque deja gente insatisfecha. Los que por una razón u otra, pregonan en las
ideas o en los hechos logros sin el esfuerzo o sacrificio correspondiente, son
los verdaderos responsables de las desilusiones y frustraciones de aquellos a
los que un día ilusionaron.
2ª REFLEXIÓN:
Aceptando
entonces que estamos en crisis y hay que cambiar valores, ¿Cómo se pasa de la
sociedad real de hoy a la que deseamos? ¿Empezamos por un plan económico?
¿Gradual? ¿Shock?
Pienso
que no, primero debemos explicitar la sociedad que deseamos, con sus
contrapartidas y sus valores………y esto no un presidente ni un partido, la
sociedad civil toda, y cuando digo toda incluyo partidos políticos, Iglesia,
organizaciones sociales, sindicatos obreros y
patronales, todos, y algunos con más énfasis, (por desgracia nuestra
sociedad civil no es nuestro fuerte) y, por supuesto, el resultado será un
arbitraje entre las cosas que queremos y el costo que cada logro implica. ¿Es
posible esto?.............
Van
reflexiones parciales, más para plantear los temas que para agotarlos. Más que
a compartir certezas, que no las tengo, a desentrañar lo que nos falta. Hacer
un esfuerzo de reflexión para entender los signos de estos tiempos y sus
complejidades. Razonar el modelo socio político de la sociedad a la que se
quiere ir (normal, deseada, Posible) es anterior a razonar el modelo económico
y el de la estructura productiva de la sociedad. En la medida en que la
sociedad enfatice la solidaridad, la subsidiariedad, la propiedad privada, la
justicia, la igualdad de oportunidades pero no de resultados, va definiendo
parámetros económicos.
En la
medida en que se señalen expresamente objetivos políticos o de seguridad o de
estrategia, no necesariamente optimizadores de lo económico, especialmente en
el corto plazo, como pueden ser: desarrollos regionales, infraestructura en
zonas de frontera, incluso el sostén de ciertas industrias sin ventajas
relativas, también se va definiendo en gran medida lo económico.
En otras
palabras estamos diciendo que, el modelo económico, debe ser coherente con la
sociedad hacia la que se quiere ir y es válido solo para la sociedad para la
que fue diseñado.
Si una
persona o un grupo, se sientan a diagramar un modelo socio político económico,
tiende a dibujar el modelo soñado por el o ellos, y, por definición diferente
del real.
Las
actitudes de los hombres y de la sociedad responden al modelo real. Una buena
parte de los fracasos y tensiones se deben a incompatibilidad entre modelos, el
que tienen “in mente” los que aplican herramientas económicas y la sociedad
real tal cual es, con sus creencias.
El
problema se agrava si una o varias áreas actúan con su propio modelo. Es decir,
no puede dejar de explicitarse y divulgar un mínimo de signos concretos de la
sociedad hacia la que vamos y los medios usados para que haya coherencia y, no
debe hacerse en forma general para que cada uno lo interprete a su manera.
Ejemplo muy simple: hablar de reducción del Estado, de mejorar la
educación……..reducir carga impositiva… El punto de arranque es siempre la
sociedad real. Si la sociedad normal (diseñada-acordada…) es muy distinta de la
real el accionar será muy distinto del deseado. Esto que parece una verdad de
Perogrullo motivó y sigue motivando acaso justas quejas de las autoridades que
critican el accionar de la sociedad real como contrario al objetivo.
Esta
dicotomía puede deberse a que la sociedad buscada no representa lo que la gente
quiere o, lo más probable, que la sociedad real no acepta las contrapartidas.
Esto supone, nada más ni nada menos, afrontar el problema de que no basta el
acuerdo de ideas para que el accionar de la sociedad sea coherente, sino que es
necesario coherencia en el accionar, y esto es mucho más difícil, porque para
cambiar ideas no tenemos inercia pero para cambiar costumbres hay que cambiar
hábitos, que si tienen inercia y mucha.
Estamos
diciendo que el cambio hacia una sociedad deseada, aunque sea posible, es
lento, es evolutivo, exige un cambio cultural, y para lograrlo mucha
coherencia, insistencia, pedagogía….con toda la lentitud que supone.
3ª REFLEXIÓN
El intento de explicitar la sociedad más
conveniente para el país es difícil. Implementarlo es aún más difícil y muy
decepcionante, tanto más cuanto más idealista se sea porque la sociedad real
será siempre imperfecta.
Pero esto no debe obstar, más bien estimular a tratar
de bosquejar por los menos sus parámetros más trascendentes. Es obvio que nadie
puede pretender diagramarla solo entre cuatro paredes en un momento de
inspiración. Además debemos aceptar que la sociedad real, se mejora, se acerca
a la buscada por aproximaciones sucesivas, donde las dos van cambiando con el
tiempo.
Los
planes económicos entonces, deben responder a la sociedad real, con algunos
avances que empujen, que arrastren hacia la buscada. Es necesario que vayan
delante de la sociedad real mostrando el camino, pero de cerca, y con total
coherencia entre áreas.
El
intento de forzar desde lo económico un cambio muy importante en la sociedad,
en mi opinión, no es el camino aconsejable. Esto será tanto más así cuanto más
diferente sea la sociedad real de la que corresponde al modelo económico, y
cuanto más incoherencia haya en el accionar entre áreas. (Algo de similitud con
la situación actual)
Todo
plan complejo supone hechos que deben ocurrir simultáneamente, la no
simultaneidad, independiente del motivo, obliga necesariamente a cambiar lo
razonado.
Surge de
lo anterior la necesidad de ir teniendo por lo menos las bases de la sociedad
que se busca. La primera respuesta será: queremos educación, seguridad,
trabajo, vivienda digna, etc. Pero creo que hay que empezar con algo más
profundo
¿Cuáles deben ser sus rasgos
esenciales?
Comenzando
por la base, libertad-seguridad-tamaño del Estado. (Incluyo provincias) Son variables dependientes una de las otras,
importantes, aquí se define, de verdad,
la sociedad en la que queremos vivir. (Obsesión mía)
La teoría individualista enfatiza la libertad de cada uno
compatible con la de los demás, es más bien negativa en el sentido que tiende a
evitar el abuso. No tiene en cuenta los mayores logros posibles con la
cooperación de otros, el efecto multiplicador de la sociedad civil sobre el
desarrollo propio de los individuos, y desestima la solidaridad.
La teoría colectivista se olvida del hombre, sus
necesidades y fines existenciales, enfatizando la organización, el hombre solo
puede reclamar el grado de libertad de lo que está permitido.
La
libertad puede concebirse como el poder hacer todo aquello que no está
prohibido o va contra la razón y el bien común; o hacer solo lo que está
permitido.
¿A cuál
de los dos se parece más la que yo deseo? :
El fin y
función de la sociedad es el logro del bien común, para ello es necesario una
parte positiva y una negativa. La negativa es la defensa contra los abusos, la
positiva va más allá, trata de hacer posible la existencia plenamente humana de
sus miembros y trata de crear orden, justicia y bienestar.
El bien
común no coincide con el principio mecánico de la igualdad. Esta teoría
colectivista ignora la realidad de la desigualdad y la fuerza del estímulo del
propio interés para el bien común. La consecuencia es una sociedad chata, sin
desarrollo de la personalidad y con menor desarrollo económico global.
En una
correcta evaluación del equilibrio entre una posición y la otra debiera, en mi
opinión, centrarse la discusión.
Pero no
eludo la pregunta: mi sociedad deseada se parece más a la que prioriza la
libertad Pero libertad para hacer lo que
debemos, no lo que queremos. La
libertad separada de la verdad, es licenciosa y nos lleva a otra forma de
esclavitud, tanto más peligrosa cuanto más poder tenga el que abusa de ella,
libertad limitada por el bien común y la razón, pero incluyendo en ella la
solidaridad y la necesidad de sociedades intermedias a las que le asigno un
papel muy importante en el desarrollo de la sociedad civil.
La
solidaridad, como yo la imagino, tiene sus límites, no solo en lo que se da
sino en quien lo da. Los conceptos de solidaridad y subsidiariedad deben estar
siempre juntos.
Grandes
realizaciones en el área de la seguridad social pueden ser contrarias al bien
común, pues pueden llegar a privar al hombre de asumir responsabilidades que le
son propias y necesarias para su desarrollo en libertad, es decir lo humillan.
Los
documentos pontificios han remarcado siempre el principio de subsidiariedad.
Para Pio XI es un principio de justicia que hace al derecho (no a la eficiencia
ni al sistema económico). Es mi derecho a que otro no haga por mi lo que yo
puedo hacer. Es contrario a la justicia dice en Cuadragésimo Anno/1931) que la
comunidad más amplia pretenda asumir lo que las comunidades menores y
subordinadas realizan o pueden llevar a buen fin.
Esto
limita mucho el papel del Estado, y no sé si la sociedad civil está preparada
para asumir sus funciones, la misma Iglesia, en mi opinión, no ha enfatizado
suficientemente la subsidiariedad cada vez que exige solidaridad, con lo que de
hecho hace asistencialismo, con lo que, sin quererlo, humilla anticipadamente a
los que podrían llegar a “SER” y “HACER”….
Pero
como dije antes eso es lo que pienso yo,
y en cuanto a valorar la libertad y la consecuente menor importancia del Estado
que soluciona todo, creo que pertenezco a una minoría.
Los
muchos años pasados han mostrado la fuerza que tienen ciertas ideas e intereses
para oponerse a los cambios requeridos: funciones del Estado- el salario sube
por decreto-actividades que deben ser protegidas-provincias que no son viables
con el gasto público que tienen.
Esto que
puede ser lícito y que incluso puede llevar a un mayor grado de bien común,
especialmente a corto plazo, es una decisión política, no económica, pero es
una decisión política con consecuencias económicas, cuyo efecto negativo debe
ser explicitado en todo plan sensato. La definición del tipo de sociedad irá
condicionando, como dijimos, el modelo económico.
Cada una
de estas cosas debe hacerse con una evaluación de su contrapartida o efecto
negativo para que nadie se llame a engaño, lo que exige una muy buena política
de comunicaciones, muy persistente, pedagógica, simple, para mostrar que lo que
estamos haciendo salió como solución de compromiso y debe “machacarse” sobre la
idea de que es eso, una solución de compromiso, que nos inhabilita para pedir
otras cosas, ya que hemos llegado evaluando los pro y contras a aceptar ese
modelo.
Confió
que de este análisis surja una mayor
aceptación del costo de cada uno de los objetivos buscados, que la resignación
de los mismos por su costo.
Aquí quiero hacer un breve paréntesis: Si predomina, como es mi deseo, la aceptación del costo, el exceso de regulaciones, la baja formación y capacidad de adaptación de demasiada gente, permite suponer una transformación nada fácil respecto a la evolución del empleo y la pobreza. Esto debe comprometernos, especialmente como cristianos, a actuar dentro de la sociedad civil, influyendo en las que hay y creando otras. La opción preferencial por los pobres no es por el hecho de que lo son sino para sacarlos de esa situación, tener afición por los pobres es la forma más intensa de amor que nos pide Xto. Pero, sobre todo, para que dejen de serlo, y prestarles afecto y ayuda mientras ayudamos a re encaminarlos. El trabajo de los salesianos en el sud, enseñando oficios, es uno de los caminos a imitar, La Juanita y sus cooperativas, otra.
4º REFLEXIÓN
Definido
esto, con los costos que la sociedad conoce, ahí sí de la economía deben salir
las Reglas de Juego para lograrlo, y estas reglas de juego deben ser tales que
empujen hacia la sociedad futura, y deben mantenerse en la búsqueda del Bien
Común y entenderlo todos.
Aunque
puede no gustarnos, necesitará de un
leader ubicado en la sociedad real, tan cerca como pueda de la soñada para
arrastrarla hacia ella, pero dentro de la real, para no ser leader de una
utopía.
Concentrémonos
en tener Reglas que marquen bien el
camino,……. de calidad. (Douglas Noor Nobel de economía1997) Todo llamado a
la responsabilidad de los individuos para que orienten sus inversiones y su
accionar hacía lo que conviene al bien común, cuando las reglas de juego
orientan hacia otro lado, a nivel país no solo es ineficaz, es infantil.
A las
ambiciones que la sociedad argentina quiere y merece, no llegaremos con las
Reglas de Juego actuales. Tampoco sin convencerla de los precios que hay que
pagar para lograrlo, más aún después de tantos esfuerzos malgastados. Profundo
cambio de valores, profundos cambios en la administración de los Estados
Nacional, Provinciales y Municipales, de la organización de la política y de la
Sociedad civil, y, después, las reglas de juego económicas que lleven a la
inversión y el desarrollo sostenido.
La
estabilidad, y la apertura al mundo, suponen un Estado chico y muy eficiente, a
la altura de los países con los que queremos competir. Es decir supone un
razonamiento base cero de la organización de nuestras instituciones Nacionales,
Provinciales y Municipales, razonadas para otros tiempos y otros objetivos y
distorsionadas a lo largo de todos los gobiernos en mayor o menor medida por
razones de clientelismo político. Hace falta entonces un sistema político para
entender el QUE y con el coraje de pagar el COMO de lo que hay que hacer, las
tensiones, las presiones propias de los cambios. Es decir un sistema político
con talento, vocación de servicio hacia el Bien Común, excelencia, acreditado
ante la Sociedad, dispuesto a propiciar
cambios que los perjudican. Tentador desafío, no para mediocres sino para
los más capaces, con creatividad para ir construyendo sobre las imperfecciones.
Las
soluciones prefabricadas no sirven, no hay piloto automático en el mundo
globalizado, además no ser “naif” e ignorar los efectos negativos sobre débiles
y perdedores En todo cambio hay ganadores y perdedores, ninguna Encíclica dice
que no habrá ganadores y perdedores, lo que si dice es que debemos tratar
fraternalmente, ocuparnos de los perdedores.
Hará
falta mucha coherencia más que políticas gritadas. Importa lo que se hace, el
ejemplo.
El
tiempo no será corto. Más importante la coherencia que el tiempo. Toda
incoherencia, a nivel racional, equivale a una no definición o, por lo menos a
una duda.
Las
inversiones no vienen por fuerte que las llamemos sino por hechos
La tasa
de interés no baja con voluntarismo
Soy
optimista por naturaleza y siempre tiendo a buscar y tratar de encontrar una
solución, ….
Pero, me pregunto yo y le pregunto a ustedes: todo esto que
menciono como pasos previos a consensuar previamente, ¿es posible hoy? A mí me
gustaría decir que sí, es más, sabemos que hay solución, incluso muchos,
incluso vecinos, lo lograron, pero no es gratis, y entonces, por momentos, me
parece una utopía.
Realmente viendo el escenario y las figuras actuales,…. esa
apatía ética al conocimiento, el convencimiento con que sostienen cosas
impracticables…la defensa férrea de prebendas insostenibles…. ¿hará falta
consolidar aún más la decadencia para que, algún día, surjan los liderazgos que
lleven al consenso?....
Puede
pensarse que las recientes elecciones previas, si se concretan, cambian mucho
el panorama, ciertamente estamos mucho mejor que hace 2 años pero si buscamos
un país a la altura de lo que fuimos, o de lo yo describo no sé si cambia
tanto. Lo que se logró, para llegar a ese resultado, es insostenible, acaso con
un populismo obligado, más educado, pero igualmente insostenible. Hay
provincias inviables con el esquema actual, no puede haber provincias ni
municipios con un % tan alto de personal que viva del Estado, evaluar disminuir
el número de representantes, especialmente en diputados, (salvo muy pocos, el
resto está para levantar la mano y hacer quórum), incluyendo asesores, viáticos
especiales y todo lo que le sigue… ¿hará falta modificar la Constitución??
Lo
logrado hasta ahora puede ser una mejor base para iniciar la transformación que
la que había hace 2 años, hay una base de dirigentes mejor formados, pero solo
una minoría frente a la mayoría que está lejos de la mentalidad que supone mi
exposición.
Si me
pongo en optimista podría ser el inicio de una nueva oportunidad y debemos
esforzarnos, poner todo de nosotros para que así sea.
Pero,
para mí, sin esos cambios muy profundos en todas las áreas, seguiremos
perdiendo importancia ante el mundo y, si me pongo en pesimista y recuerdo a
Jean Güitón “Siempre silenciamos lo
esencial, nadie se atreve a decirlo, porque lo esencial es lo insoportable”
para mi seguir decayendo, es insoportable, pero no nos atrevemos a decirlo.
Pidámosle
a Dios nos enseñe a vivir en la inseguridad, y nos de la paz. Paz que solo se
logra cuando entendemos que es nuestra obligación buscar, con todas nuestras
fuerzas, usando los mejores medios, pero una gracia muy especial de Él,
encontrar.
Seguro
que el dialogo va a ordenar este desorden de mi resumida exposición, aportar
ideas y aliviar mi escepticismo. Gracias…
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